Es una planta de exterior que presenta un aspecto frondoso con hojas verdes. Las flores se pueden encontrar en una amplia gama de colores, todas caracterizadas por su peculiar espolón.
A diferencia de la guineana, la sumpatiens necesita sol directo. No soporta temperaturas inferiores a los 8 grados, por lo que no le gusta nada el frío.
El riego debe ser muy abundante pero sin encharcarla. No mojar las flores y en verano abonar cada 15 días.